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EL MESTIZO. poesía, opinión; sociología grotesca

LA MADRUGADA

LA MADRUGADA

LA MADRUGADA (Antes de partir)

“bailaban las tórtolas en mi balcón, al final sorprendí a mi lágrima, la pude retrasar hasta la noche. Conseguía adormecerme pensando en la piel bronceada, en sus pechos  tiernos, en su boca esponjosa, en su dulzura fragilidad.

...............

Pero la noche es larga y sirve de espera a la madrugada.

Cuando levanté creí soñar pero el sueño despertaba.

Preparé el equipaje dormido. Como el negro paladar del vencido. Como la gaita destemplada del abuelo. Como la perdida hoja rota de mi cuaderno infantil.

¿Me esperaría la Roma antigua? ¿Aquella donde nunca fui? ¿Aquella que recorrimos juntos amando en la minúscula cama de mi habitación? ¿Aquella que es un linaje de culturas antiguas?

¿Me esperaría la verde pradera del norte? ¿O los muros cantados de la mística Córdoba? ¿O la dulce estancia en playas remotas?

¿Me esperaría la Mérida Romana?

Me esperaría solo, quizás, quizas, quizás muerto...

Pero esperaré a morir sin mi. Esperaré la semana al final. Al principio de la misma, inoculándome esperanza, azucarada y traicionera.

Y partiré rendido a un trabajo sin pasión ni tierra que guardar. Porque no puedo ver crecer a los hijos que nunca tuve.

Porque no puedo ver crecer el amor antiguo.

Porque no puedo vertme sin quererme.

Me voy cautivo. Donde no pudieras verme.

Mi reino caído...

Mi reino caído...

Mi reino caído...

Y levantaré un imperio donde pueda o quiera, o me dejen¡¡¡”

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