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EL MESTIZO. poesía, opinión; sociología grotesca

EL DÍA DE LOS 30

EL DÍA DE LOS 30  

El día que cumplía los treinta, todo era pausado. Las calles con las mismas gentes. Los bares con las mismas caras. Los pasos del anciano hacia su banco de sabiduría.

 

El día que cumplía los treinta, el país de la niebla amaneció con sol de invierno. El Barça jugaba la copa del rey puesto. Y un niño sonreía a su madre moribunda entre las cartas del rabino.

 

En un día cualquiera los números y las gentes paseaban cogidos de la mano. Había infelices felices esperando autobuses de línea. También amores lejanos y periódicos viejos en el contenedor. Un moro cumplía sus preceptos y el cura saludaba a la yaya, encaramada  en un balcón sin geranios.

 

Cuando cumplía los treinta alguien bebía demasiado. Y comida tirada entre el barullo de simplezas acurrucadas.

 

Y sorbos de café. Tintineo de cucharillas. Obreros al tajo. Suspiros de quinceañeros.

 

El día que cumplía los treinta, todo era pausado.

 

La ciudad despertaba y dormía. Las farolas rugían con su león de forja. Y en el pueblo los niños acudían a la escuela con caras de monstruos desencajados. Y la niña lloraba pequeña, queriendo coger el frío de un verano olvidado.

 

El día que cumplía los treinta el coche circulaba despacio. Radio Tarifa. Loquillo, y Estudio de Guardia. Y una familia en Calanda llegando olivas a la lumbre de la hoguera. Y matapuerco en Torrevelilla.

 

El día que cumplía los treinta, todo era pausado.

 

Y los que recuerdan lo que fui y lo que seré, con mensajes dulces y salados.. y que  los versos nos sigan buscando paraísos en estos infiernos

 

 

El día que cumplía treinta años, la gente moría, de hambre, y de miedo, mientras me echaba un chute de insulina.

 

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