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EL MESTIZO. poesía, opinión; sociología grotesca

Instrucciones para la presentación de un libro (por Sergio Grao)

Sirvan éstas instrucciones para presentador, autor, editor, autoridades, familiares, allegados, amigos y despistados.

 

  1. Familiarizarse con el lugar de dicha presentación. Normalmente suele ser un sitio solemne, aséptico y difícil de sentir. Tenéis que estar un rato ahí dentro y hay que hacer de tripas corazón. Si al entrar a dicho espacio os habéis sentido como en casa, obviar con cariño esta soberana gilipollez.
  2. Prestar atención a lo que se diga, a lo que no se diga y a todo lo que veáis. Quién sabe si un día, en un futuro no muy lejano, os podrá servir en vuestra vida o en la de vuestros seres queridos. Las cosas importantes son importantes siempre, así que al loro y a no perder ripio.
  3. Aplaudir cuando proceda y si en un atisbo de espontaneidad aplaudís cuando no procede, seguid, continuad sin miedo y con la cabeza bien alta. En peores bretes os habréis visto y de todo se sale airoso.
  4. No interrumpir nunca a los ponentes. Los ruegos y preguntas al final. Si la interrupción es totalmente necesaria, que sea para mostrar júbilo y satisfacción. Eso hará brotar el beneplácito de la sala y por consiguiente la autoafirmación. La interrupción con exabruptos y salidas de tono sólo será permitida si la unanimidad es absoluta y clara, aunque probablemente una multitud tiene más números de equivocarse que el propio individuo.
  5. Mostrar interés y no hacer valoraciones gratuitas por lo bajini. Si empezamos a mezclar temas e inquietudes, mal camino llevamos. Y además está muy mal visto
  6. En el turno de ruegos y preguntas, nunca permanecer callado y con cara de conejo. Seguro que tenéis el gusanillo de preguntar, afirmar o contradecir. Fuera miedos. Lo peor de la duda es quedarse con ella.
  7. Cuando acabe el acto, levantarse con calma y formar los corrillos correspondientes. Abrazos, sonrisas y golpes en la espalda siempre son bien recibidos.
  8. Buscar el bar más cercano para celebrar, honrar y bendecir. Cervezas y vermús como norma habitual. El vino siempre queda un poco más cool. De picar lo que haya, tampoco hay que ponerse exquisito.
  9. Si de verdad han quedado satisfechos con la presentación y sus circunstancias, salir en cuanto puedan hacia su librería habitual para comprar el libro. Hoy en día librería habitual parece una sinestesia. Si así lo fuera, otro gallo nos cantaría.
  10. Leer el libro. Como decía el gran Leonard Cohen, primero tomamos Manhattan y después ya tomaremos Berlín.

 

Sergio Grao Palos

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