De Venancio Rodríguez Sanz
Me llega este mensaje de Venancio Rodríguez y no me he resistido a incluirlo como entrada del blog. No lo conozco personalmente, pero seguro que nos conocemos pronto.
A los "poetas elevados" de esta tierra (y de todas), habría que recordarles, como hace el bueno de Venancio, que "la poesía es de todos... o es de nadie". Porque la poesía y las artes son un hecho cultural popular, que viene del pueblo y al pueblo vuelve.
Estimado Sr. D.M.:
En el Heraldo de Aragón del día 21 de Febrero dijiste: "la mediocridad ha plagado la poesía española y, por desgracia, muchos han confundido el circo o ser admirado en público con la poesía".
Como Heraldo de Aragón no publica mis poesías, voy a lanzar la mía al aire, con la esperanza de que un ráfaga de viento deje mi hoja a tus pies.
Estoy seguro que no será tu caso, pero permíteme hacerte una pregunta: ¿Carece Cuba de la poesía prostituta? ¿Carece de poetas miserables?
Te deseo paz y tranquilidad en España...
un saludo
Venancio
" JAKUZZI "
La dignidad tiene el sexo femenino
entre las piernas. Si no lo sabías,
ahora lo sabes. Seguro que la tuya
es virgen; que no ha sido penetrada,
la mía sí, mira tú por dónde.
Seguro que la tuya es pura como la poesía,
etérea, como soneto. Espiritual,
como las intenciones de un poeta
a la caza de compradores de su libro,
sin doblez, como vendedor de ollas,
cuando te invita a tomar vino y olivas
en su casa. Como la lisonja de un corredor
de seguros, así de desinteresada.
La dignidad tiene el sexo femenino
entre las piernas, porque su artículo
lo dice. No porque lo diga yo, no.
Seguro que la tuya es virgen,
sin embargo la mía es una guarra.
Ayer sin ir más lejos, hice de la poesía un circo.
Circo, ¡qué palabra más innoble! ¿Verdad?
¡Cómo he podido caer tan bajo! Con lo íntegros
que son los poetas en general...Soy la deshonra
de la familia, el desterrado, el expulsado,
la oveja negra, una mancha que no llega
ni a serlo. Soy un payaso, un equilibrista,
saltimbanqui, domador de leones. Soy,
un Jacuzzi. Bueno, ¡perdón! Un Camicace y,
estrellaré mi avión antes de morir.
¡Estáis avisados!
Venancio Rodríguez Sanz
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Venancio Rodríguez Sanz -