LAS MIL Y UNA MARCAS
Supongo que no debería de ser yo el que expusiera este maremagno turístico-cultural en el cual nos han metido las comarcas, aunque quizás, como parte y sufridor de las mismas, me veo en la obligación de intentar, con esta humilde opinión, poner un poco de orden o, al menos, crear el debate que cualquier técnico al que se le pregunte conoce aunque, supongo, no estará en condiciones de exponerlo públicamente.
En una de las muchas visitas que he recibido el último año de compañeros gestores del patrimonio de otras comunidades, siempre me indican lo mucho que se señaliza en nuestra comunidad en materia turística. Pero tras el inciso, les suelo preguntar si realmente sabían dónde se encontraban. Las caras suelen reflejar la incertidumbre. La gran mayoría contesta con el recurso que habían venido a ver, aunque se hallara en una o en otra comarca. La realidad es que pocos suelen acertar. Suelen conocer Dinópolis, Teruel Existe, Aragón, el Parque Cultural del Maestrazgo, Calanda y Buñuel .... A muy pocos les importan las estructuras administrativas, salvo por la gestión de recursos públicos que utilizan. Si esta situación ocurre con profesionales, no me quiero imaginar lo que pensará un turista que venga por nuestros terueles a hacer turismo. Tendrá mil y un folletos y no sabrá muy bien lo que hacer salvo porque las rutas suelen ser repetitivas y habituales. Por supuesto, no reconocerá prácticamente ninguna marca, con lo cual será difícil vendernos en el mercado nacional y, por extensión, en el internacional. Una marca debería unir lo turístico, lo cultural, lo agroalimentario, lo administrativo... De esa manera cualquier ciudadano que comprara o adquiriera servicios con esa marca acabaría comprando territorio, comprometiéndose con él y reconociéndolo en poco tiempo.
En el año 2003, con la Ley de Turismo de Aragón, se intentó poner énfasis en la Marca Aragón como marca estratégica. EL concepto de “Teruel al Natural”, del patronato provincial, tuvo mucho éxito en su momento. Y, como decía, no hay nada mejor, como reclamo, que lo que casi sin querer lograron desde la plataforma Teruel Existe.
Pero he aquí que llegaron las comarcas. Y con ellas llegaron las marcas comarcales (algunas tienen hasta dos, la administrativa y la turística). Y con esas marcas inundaron el mercado de folletos, revistas, periódicos... Y llegó el caos. Se supone que la administración tiene que ser eficiente, coordinada, etc... Pero lo que sucedió es que marcas que llevaban trabajándose más de una década, quedaron en el olvido para ellas. Las taifas hicieron su papel y apostaron por lo suyo. Comarcas de siete u ocho mil habitantes reconfigurando desde cero en lugar de apostar por lo que ya había, por donde había un tejido creado. Así pues, algunos consejeros y políticos empezaron a asistir a reuniones, encuentros, congresos... Iban, comían, veían, hablaban de negocios, y allí quedaba todo. En una provincia como la nuestra, hoy en día existen las 10 marcas turísticas comarcales, las marcas turísticas de las grandes poblaciones, la de la provincia, la de Aragón, la de Dinópolis, la de la Red Natura de Aragón, la de los Parques Culturales, las de las Mancomunidades Turísticas, las de los Consorcios.... etc...
Por no seguir hablando de otros temas políticos más comprometidos que no ha lugar. Cada uno quiere su tajada. La apuesta de futuro son las redes nacionales e internacionales, pero aquí no nos hemos debido enterar, pues es casi imposible hacer redes intercomarcales.
Y así continuamos, aunque a alguno habría que recordarle que con lo que está jugando es con dinero público, de todos, y no es cuestión de localizarlo cuando se puede trabajar con todos.
Viva la diversidad¡
8 comentarios
Mestizo -
El desconocimiento en general de la capital del reino es habitual.
Supongo que a los del tertitorio nos pasará algo parecido, pero estaría bien encontrar (más bien, inventar) un medio de información territorial con el cual supiéramos un poco más del funcionamiento real del territorio.
Un abrazo
Invitada -
Mestizo -
En principio la idea comarcalizadora está bien como reparto de servicios mínimos para la población, pero, realmente, eso ya lo hacían las mancomunidades, no se hasta qué punto se necesitaban las comarcas.
Lo que si que es cierto es que tantas comarcas, son insostenibles, y son más importantes como moneda política que otra cosas. Demasiadas competencias y demasiadas comarcas. El problema también radica en que desde DGA no se atiende el medio rural comoo se debiera. Todas las instituciones están en Zaragoza y piensan "capitalinamente".
Echar la culpa a Biel y al PAR tampoco es del todo justo, pues "TODOS" los partidos tragaron con la propuesta y son responsables.
EN el caso del BAJO ARAGÖn, mi apuesta siempre habría sido una gran comarca, y no la repartición taifal que hemos tenido que aguantar (Bajo Martín; Bajo Aragón, parte de Maestrazgo, parte de Cuencas Mineras, Andorra, Caspe y Matarraña)
Seguiremos hablando del tema.
Salud
Invitada -
Ignacio -
Tenía la intuición de lo que dices, pero me lo acabas de confirmar. No entiendo porqué a veces en política se hace lo contrario de lo que defienden los técnicos. ¿Alguna explicación?
Espero que andemos en la correcta dirección. Si no, no veremos mucho....
Un abrazo,
Mestizo -
Pues si la verdad. Lo más curioso de todo (o no tanto) es que todos los técnicos y gente con dos dedos de frente coincide, pero nadie da el paso de criticarlo y, por supuesto, yo no tengo el suficiente poder para cambiarlo.
En fin, andaremos y veremos.
Un abrazo Ignacio
Ignacio -
Invitada -