EL GILIPOLLAS
No voy a hablar del personaje de Buenafuente en A3, ni de todos los gilipollas que habitan este mundo cutre, que haberlos haylos. Prefiero tender una mano a todos los que, como yo en este caso, sacudimos nuestra cabeza de vez en cuando y publicamos algún artículo de opinión en la prensa. Porque pensar en algunas partes de este mundo es duro, y más duro es escribirlo y publicarlo para que todo el mundo lo lea y quede ahí para siempre.
Independientemente de las ideas publicar tus opiniones en un periódico como este o como cualquier otro es un acto de valentía. Valentía vengan las ideas de donde vengan. Porque lo rastrero, lo verdaderamente asqueroso es el "opinador común", aquel que nunca escribirá sus opiniones, que critica sin fundamento y grita por gritar porque prefiere difamar (que algo queda), jodiendo al vecino sin saber muy bien porqué lo hace.
Y esto viene a cuento de una de las muchas anécdotas que me han sucedido por escribir mis humildes líneas, una de tantas historias de energúmenos, de fácil crítica y mejores trabajadores (léase con ironía) ante los cuales todos los compañer@s que escribimos opinión, nos hemos tenido que enfrentar.
Es lógico y normal que, por el mero hecho de publicar tu opinión todos estemos sujetos a crítica. Y eso es bueno. Pero a todos nos gustaría que la crítica viniese por lo que hemos escrito, dicho o hecho, y no por mentiras y difamaciones con las cuales, los energúmenos en cuestión, sólo buscan desacreditar al personal, intentarlo joder sin fundamentos. La lástima es que, muchas veces, ni siquiera se han leído lo que pretenden criticar.
En mi caso, y en mi pueblo, mucha gente me ha negado el saludo; ha intentado romper amistades creyéndose justicieros de no se muy bien qué ideales, etc ... De todo nos ha pasao, qué le vamos a hacer. Y lo intentas comprender cuando tocas temas políticos y sociales que pueden crear algo de "visceralidad". Pero seguimos en la brecha.
Lo que no puedo llegar a entender es que difamen y mientan como el que se toma la leche en el desayuno. Pues bien, el energúmeno en cuestión del que hablo, en un ataque de locura transitoria, empezó a insultarme delante de decenas de personas. "¡ Gilipollas, que eres un Gilipollas! - me dijo- A mi no me quedó otra que apretar el puño y, no muy habitual en ese tipo de situaciones, me entró el conocimiento y tras cruzar algún que otro insulto intenté calmarme. El energúmeno esgrimía que en un artículo publicado en La Comarca había dicho gilipollas a todo el pueblo de Híjar, y que el único gilipollas en el pueblo era yo. Por supuesto, el personaje se dedicó a ir difundiendo su genial mentira por toda la plaza.
Como le hubiera pasado a cualquiera pillé un cabreo de campeonato. Se que a otros columnistas les han pasado cosas similares, incluso peores, pero había ratos que aquello parecía una buena película de Belanga. Entonces me fui a casa y leí detenidamente el artículo en cuestión, aquel que hablaba de las listas electorales. Sólo encontré una vez la palabra "gilipollas" (una bonita palabra de nuestra lengua, por cierto):
"Y aquí todos los partidos se confiesan, no queda ni uno sin acudir al arte de distraer a la gente, de engañarla y de creerse que todo el mundo tiene más de gilipollas que de mundo..."
Lo leí y lo releí una y otra vez. Y lo volví a leer. Pensaba que si intentando decir que los partidos políticos en las elecciones, con algunas de sus cosas, se creen que somos gilis, se me había colado alguna barbaridad. ¿Es posible que el energúmeno no hubiera leído el artículo y alguien se lo hubiera contado a su manera?. ¿Es posible que la mala leche de algunos por no compartir tus ideas y opiniones llegue a tal extremo de ponerte a parir, una vez más, por el gusto de ponerte a parir?. También puede pasar que estos elementos bocazas, sin oficio ni beneficio, tengan serios problemas para entender el castellano.
De todo puede pasar, para que nos vamos a engañar, pero si trabajar por mi pueblo desde hace muchos años, haber sido concejal y tantas y tantas cosas, hace que me haya convertido en un gilipollas para algunos, pues bienvenido sea el piropo. Hace más el que quiere que el que puede.
Así que, con el cariño que le tengo a ese tipo de monigotes, les sugiero que lean dos veces lo que leen, que acudan al diccionario, y que hagan algo además de hablar, llevar bulla y decidir por los demás lo que cada uno puede leer cualquier viernes del año.
Y si no, que se vayan a la ..........
7 comentarios
Carmencita Descalza -
Mar y Nin -
Belén -
Javier -
No es facil comprender la incomprensión ante aquello que te imputan sin haberlo hecho. Y más, en tu propio pueblo.
muñiz -
¡Hay que joderse!Sigue adelante pues gente crítica y con iniciativa es muy necesaria en estos patéticos días.
Dani -
Espero que escribir esto te haya aplacado el cabreo. Ánimo, y a no callar.
Saludos de otro gilipollas.
Oscar -
Yo como sabes estaba al lado tuyo en aquel momento y lo vi todo, se ve que llevaba 2 copa de mas pero aun así no era momento ni lgar paradecirte nada.
siento mucho lo que paso y animo, amigo. Yo creo que no vio el articulo y ledijeron todo eso.