Se la juegan, nos la jugamos
Cada vez que un ciclista sale a entrenar, o a practicar su deporte favorito, a una carretera o a un camino, se la está jugando.
Los desgraciados sucesos de este fin de semana, en el que un conductor sin carné de conducir, atropelló a una cuadrilla de amigos en bicicleta, nos vuelve a poner en canción de unos sucesos que se siguen repitiendo en las carreteras españolas.
Los dos ciclistas anónimos habían salido con su cuadrilla a pasar la mañana del domingo. A almorzar, picarse un poco por la carretera y volver a su casa, con su familia, después de hacer lo que más les gustaba.
No pudieron volver. Como no pudo volver, Otxoa, caído en la cuneta junto a su hermano con los colores del Kelme, o Rojas, o Martín... y tantos otros ciudadanos que se vieron envueltos en un accidente donde, en muchas ocasiones, el poco respeto que se tiene en este país a los ciclistas en las carreteras tiene más que ver que cualquier otro factor.
Descansen en paz. Desde aquí, este humilde rincón de un humilde poeta y ciclista, mi recuerdo, y mi constante denuncia de una situación en la que la reeducación de muchos conductores es la única solución.
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