Generación Equal
En el año 2002, la entonces oficina de programas europeos de la Diputación puso en marcha un proyecto de cooperación europea llamado Equal-Teruel que tuvo una segunda parte a los tres años. 22 entidades de lo más variopinto firmaron un acuerdo con la DPT para poner en marcha una red de antenas de empleo para que en cada uno de los territorios de la provincia y para cada uno de los grupos de riesgo pudieran asesorar y poner en marcha procesos de inserción (palabra que entonces muchos desconocíamos).
Un artículo no da para mucho, pero sí que puedo decir sin riesgo a equivocarme que aquellos 22 técnicos, para muchos de los cuales fue su primer trabajo de intensidad, formaron una generación irrepetible que, como todas las cosas en esta bendita provincia, se desaprovechó desde el primer momento.
En aquellos años que difícilmente llegaba Internet a todos los rincones de la provincia la DPT, con sus empresas asesoras de confianza (pueden sonreir) siempre de la mano política, impulsó el proyecto como todo lo que hace, sin grandes expectativas. Sólo importaban los números (esos siempre cuadran en los proyectos europeos si uno es listo y maneja las inspecciones con mano izquierda). En aquellos años en los que la DPT era lo mismo que ahora, con un presidente de “control” y una diputada delegada del ramo más que mediocre, la generación Equal, aquellos 22 jóvenes y no tan jóvenes, dimos una lección de cómo se puede funcionar en equipo salvando todas las diferencias políticas y territoriales que entonces ya se imponían. Así pues, sindicatos de uno y otro lado; centros de desarrollo; asociaciones de discapacitados, de inmigrantes… visto lo visto, formaron una red real con encuentros internos, con información que circulaba diariamente sin que los gerentes, políticos y medios se enteraran. Convocaban encuentros (trobadas) de profundización, de confraternización… Donde no había usuarios se encargaban de la gestión de la información, y donde había demasiados usuarios se consultaba al común, se derivaban expedientes a técnicos más preparados (estuvieran donde estuvieran y fueran de la entidad que fueran), etc… Se entendía el proyecto como un todo, sin compartimentaciones ni territorialidades. Y todo ese trabajo en red desembocaba en más intercambios, más proyectos, más proyección para la propia DPT y para las entidades firmantes del acuerdo y, sobre todo, una formación imposible de dar de otro modo a 22 técnicos de toda la provincia.
Ni las entidades que formaban parte del proyecto ni la DPT por supuesto (que llegó a asustarse de no tener el control de todo ese desparrame de actividad) aprovechó ese potencial para gran cosa. La mediocridad de algunos y la corrección política de otros hizo que el proyecto fuera bueno, pero que no diera un impulso a esa nueva metodología en red que todos desconocíamos y que hicimos real con ordenadores del “pleistoceno” y redes telefónicas que iban a una velocidad más de 20 veces menor que las de algunos ordenadores y redes de hoy en día.
La lección principal es que se pueden estructurar organismos interterritoriales, interrelacionados y con una buena efectividad desde la propia lógica y sentido común del técnico, trabajador o funcionario de turno. No es menester estar siempre a expensas de las cúpulas y jerarquías, sean estas civiles o políticas.
Actualmente muchos de los que formaron aquella generación tienen puestos de gran responsabilidad en el ámbito político, social, funcionarial, cultural… Otros subsisten como pueden y recuerdan aquellos años con una sonrisa y con gratitud. Muchos viven y pacen fuera de su tierra. Los responsables políticos han ido cambiando de sillón pero conservan el culo caliente.
La Generación Equal funcionó gracias al esfuerzo y a la puesta en práctica real de la red como método y de la información y la transparencia técnica como meta. Yo fui uno de ellos.
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