Cinco Sueños
Cuando mis niños duermen se me ensancha el pecho,
intentando cobijar el sueño y su profundidad,
entre lamentos del pequeño, que tiene hambre,
o frío.
Entre pesadillas del mayor,
que tiene querencia al beso y al abrazo.
Entre sorpresas y, corriendo,
pipí de medianoche.
O los ojos de ella,
que aún cerrados viven inmensidad,
pozo profundo de sus mil trechos,
recorridos,
agazapados, los tres.
Mamá duerme y entre tanto revisa su disco duro,
cargado de organización,
peine, pasta dentrífica,
estirón,
¡espera!... ¿espero?.
Y colección de cromos
desparramada.
También muñecas,
mordedor y sonajero.
"ta, ta, ta, ta , ta, ta,
da, da, da, da.."
Lloro mañanero.
Deprisa, deprisa...
¡que no llego!
Mochilas, libros,
y pinturas de colores
Cuando mis niños duermen se me ensancha el pecho.
Me permitan decirlo aquí,
con una lágrima y un hecho.
Uno no, cinco.
Cinco vidas,
cinco sueños,
cinco trampas
al desconsuelo.
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