Hola, me llamo Lucía
El día amanecía cansado. Hubo bolo en Mirambel el día de antes y eran las tres cuando acababa de recoger en la torre.
Una llamada esperada trastocaba planes ciclistas. Jaca podía esperar. Lucía no.
Allí dejaba al Nano y a Octavio, valiente entre mareas naranjas. A todos les pesan demasiado las banderas en alguna etapa ciclista.
A la hora en la que los hijos de la Gran Bretaña toman agua caliente con hojas y los ibéricos nos vamos a los toros asomaba Lucía por la Puerta Grande.
Bravo Maestra.
Enhorabuena Eva y Andrés¡¡¡ Ni que decir cabe que soy su tío preferido.
.
0 comentarios