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EL MESTIZO. poesía, opinión; sociología grotesca

EXPECTATIVAS

 

Ahora los críos quieren Messi, Cristinano Ronaldo, Nadal o Casillas. También Alonso o Lorenzo, Marquez o Contador.

 

No cambian tanto los tiempos como nos parece.

 

La multitud te pide ser “alguien”. Tu familia te pide ser “alguien”. Tus amigos. Bueno, a tus amigos les da más igual –o no-.

 

Vas sorteando “personajes alguien” según sea tu actividad. Si defraudas a hacienda eres un tramposo. Si defraudas a hacienda y te llamas Messi te van a cantar a la puerta del juzgado. En mis tiempos, si te pillaban con un kilo de coca eras un camello, un impresentable. Si te llamabas Maradona eras Dios.

 

Hay dos tipos de personas, los que se quitan la camiseta para enseñar los cuadraditos y los que nos la quitamos cuando tenemos calor. CR7 hace mucho daño, aunque los gimnasios están supercontentos con él.

 

Si eres vegano ni se te ocurra invitarme a comer, yo haré lo propio contigo.

 

A mi tía Carmen le hubiese gustado que fuese cura. Mi tío Vicente llevó los tambores a Andorra. Mi abuelo quería que fuese aviador, para bombardear Rusia. Otros necesitan reinventarse su propia historia para aparentar por lo políticamente correcto. No es mi caso.

 

Tener gallinas me parecía algo futurista. No fumaré ni beberé mamá.

 

Si para ser progresista y moderno tengo que ser antitaurino prefiero quedarme como estoy. Olé.

 

Llegué a salir cinco días a la semana. Hoy recojó los céntimos del supermercado y he llegado a pagar un café con trece monedas.

 

Yo quise ser Paco Buyo y Guido Bontempi. Los jóvenes no tienen ni zorra idea de quienes eran. Pero yo los guardo en cromos y cartas como reflejo de las fallidas expectativas que pusieron sobre mí. Y con los años resulta que no he sido ninguno de ellos y cada día que pasa me parezco más a mi padre. Para nuestros viajes no se necesitan grandes alforjas.

 

Víctor Guiu, el Mestizo.

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