"Hoy no me sale ningún poema que regalar, no puedo escribir.

 No adoro esta melancolía.

Me come un poco por dentro.

Pero adoro los ojos que me siguen atrapando.

 

Siento el calor en mi pecho,

en la noche,

 al amanecer,

cuando los pájaros resuenan por mi ventana,

o cuando la lluvia cae en el metálico atardecer de las escaleras de mi terraza.

 

Hoy no me sale ningún poema que regalar.

 

Aunque oigo la voz, y me llama,

envuelta en la sábana blanca de nuestra esperanza.

 

Y escucho el suspiro ronco,

 mientras me fumo un cigarro y mi espíritu se evapora con las volutas del humo,

que salen a la calle iluminada de luz tenue,

de tenues recuerdos de infancia que hoy se hacen mayores.

 

Otra vez a tu lado.

 

 Hoy no me sale ningún poema que regalar.

 

Regalo mis recuerdos y mis besos.

Regalo mi maltrecho sentir de años.

Me regalo, no soy nadie,

 mestizaje de culturas, dolores, perdones y amores

que hoy no responden a ningún nombre."