DIMITRIS D.E.P.
Dimitris fue un ciudadano anónimo que volverá a ser anónimo en unas horas, unas semanas, unos meses… unos pocos años. Dimitris quiso morir de pie y no buscar entre la basura. Quiso morir, ejerciendo la violencia propia como un grito de rebeldía, y eso le honra. Quizás su mayor error, si es que se puede hablar en términos tan categóricos, es no haberse llevado por delante a cinco o seis hijos de puta, de esos que acaban siendo ministros, banqueros, presidentes o chupatintas palmeros (estos son los peores, alimentan al resto). Llevarse por delante a uno de esos a los que le debemos los cien pasos atrás de Europa.
Pero claro, si lo hubiera hecho así, los de la “corrección mediática” y tertulianos con cara de idiota hubieran salido con los asquerosos tópicos de que "eso no conduce a nada", "el diálogo de tal y pascual", "si no creemos en el sistema apaga y vámonos", etc…
La violencia es un recurso de la historia, ¿no?. Un recurso de los humildes, ¿no?. Sin violencia viviríamos en la esclavitud y cuando el diálogo o lo que se supone que es democracia falla en sus cimientos; cuando tu voto no vale nada y ciertos representantes se apoltronan sin tener siquiera capacidad de decisión, pero sí de mantener oligarquías y caciquismos… pues se producen monstruos institucionales. ¿No?.
Porque hablar de democracia no es real si no hay participación. Y la participación no es real si no hay información y todo el sistema desemboca, como en España, en forofismo. ¿No?
Dimitris se cansó y pensó darles en la yugular. En la yugular ciudadana. La misma que nos hace pensar un par de días pero que cae en picado para evitar el compromiso ciudadano con la lucha político social… en unas horas, unos días, unas semanas, unos meses, unos pocos años..
Cuando todos (o algunos) creíamos que el lenguaje de la lucha de clases era algo caduco, el Mercado nos ofrece su cara más clasista para recuperar utópicas visiones de arena de playa.
Dimitris se enfrentó a la imagen-símbolo de un Parlamento sin función ni decisión. Escogió el espacio que cobija un árbol que se hará símbolo… unas horas, unos días, unas semanas, unos meses… Y se levantó la tapa de los sesos esperando destapar las vergüenzas de los tiranos-representantes-chupatintas.
Desgraciadamente esas vergüenzas las tienen enteras… los muy Hijos de Puta, las tienen sin gastar.
Víctor Guíu
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