Felicidades Princesa
Cuando conocí a Andrea todavía mascaba con ligereza y alegría su chupete de color rosado.
Aunque tuve que esperar varios minutos para fijarme en su boca de caramelo, y sus ojos infinitos rozaban las tardes de firmamentos.
Ahora ya es toda una señorita.
Se despista entre sus sueños porque es indecisa.
Le gusta dormirse tarde y se hace siempre la remolona,
cuando la mañana fría se asoma y le dice que se desperece.
Ahora ya es una señorita.
Y de sus ojos nacen los mejores momentos de nuestros días.
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Sergio Grao -