EL CUADRO
Con brevedad. Explique sencillamente por qué encuentra siempre a ese señor de bigote y anticuado sombrero en aquella esquina.”
Meditó, visto el presente que le entregaba el caballero, quizás hubiera sido mejor marchar al angosto paso lateral. Aquel del que ve y no dice, viaja y no pregunta, anda y no contesta.
Olía a polvo y sudor. El calor de agosto sonaba en los maderos cansados de la estancia.
Y aún salivando, tan sólo oliendo la vianda que le ofrecía, contestó: “soy humilde vagabundo. Regidor de estrellas y … mejor, si no le importa… pregúntele usted al cuadro… y sonría."
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