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EL MESTIZO. poesía, opinión; sociología grotesca

La izquierda de Aragón

 

Que la política y la historia española es un cúmulo de oportunidades perdidas no es nada nuevo.

A toro pasado suele ser fácil analizarlo todo. Si no fuese así no existirían los economistas ni los sociólogos, que son expertos en esas lides.

Ahora que todo Cristo habla de “confluencias” –dichoso palabrejo que habrá que añadir a nuestro estúpido diccionario de “sinergias”, “desarrollos locales” y “brunch”- muchos nos acordamos del proyecto casi extinto de “La Izquierda de Aragón”.

No es la primera vez que escribo acerca de la coalición que se presentó en las anteriores elecciones generales.

Lo cierto es que entre CHA e IU dejaron la casa sin barrer, sin medias tintas. De lo que se estarán arrepintiendo seguro. El proceso lógico de "La izquierda de Aragón" tenía que haberse convertido en un proyecto global. Se hablaba de las tres patas del banco, donde una parte ¿importante? la constituía el bloque de independientes que formaron/formamos parte de las listas.

No entro en quién tuvo más o menos culpa de que aquello siguiese pues no tendría mucho sentido. Ni siquiera en plena campaña hubo apoyos a gente de la lista que tenía que ir medio por libre. Por no hablar de que había unas reticencias absolutas entre los dos partidos –en nuestra provincia quizás menos por el conocimiento personal que teníamos unos de otros-. Y pese a todo el trabajo en el Congreso no ha sido malo, ahí están las hemerotecas y las páginas oficiales para el que lo quiera valorar.

Y de repente todo cambia con la irrupción de una nueva formación que aglutina el descontento y abre las puertas a gente nueva (y vieja). Lo que está también más claro que el agua es que, lo no puede ser, que gente que lleva años batiéndose el cobre en partidos, instituciones o independientemente sean tachados ahora por algunos sectores de Podemos como "vieja política" e impongan si o si, sin negociación, sus principios, que no son tan extraños a otras formaciones, por encima de cualquier confluencia (mierda, volví a nombrar la palabreja).

Y, no es por nada, pero de la "vieja política" me salen ahora veinte o treinta nombres, a botiboleyo, que ahora dan lecciones éticas desde los nuevos partidos o foros sociales. Algunos incluso podríamos enmarcarlos en la “casta”. Esto no es bueno ni malo, “es”. Sindicalistas, funcionarios, expolíticos que ahora creen “haber entrado en razón”, jubilados socialistos, ex directores provinciales,  blogueros y “pensadores” que saltan de un lado a otro, que no han conocido nunca el paro, que no han estado nunca en el suspenso mortal de un desahucio, que han sido los fontaneros de muchas instituciones, participando y engordando el sistema que tanto critican.

El proceso común no puede depender de la normal prepotencia española, que está por encima de ideologías. El proceso común, y más en el medio rural y en provincias donde nos conocemos todos, no puede fundamentarse en que si ganan, ganan más unos que otros, en que se vaya “maquinando” a base a enfrentamientos antiguos.

Las voluntades que hace tres años dejaron de reunirse se plantean ahora dilemas más serios que pueden hacer rozar su desaparición del mapa político turolense. La izquierda es plural, de acuerdo, pero Teruel y el Bajo Aragón es demasiado pequeño para que las últimas pinceladas de nuestro cuadro valgan más que el bastidor y la obra donde se tejen nuestras ilusiones.

Porque de ilusiones hablamos, y no sería tan raro que perdiéramos otra.

 

Víctor Guiu, El Mestizo

1 comentario

miguel -

"Vale más caer en gracia que ser gracioso".
No es raro que el trabajo prolongado, discreto y honrado de muchos en esto de la participación en la cosa pública, pase inadvertido.

El oportunismo tampoco es algo
nuevo.

Por lo menos hay debate...